"Si no hay dinero será porque alguien se lo ha gastado. Y en un país como el nuestro, con unos pequeños aprendices de países llamados autonomías que se empeñan en competir en construcciones faraónicas y con un afán por el ladrillo, la piedra o el cristal que es la alegría de los arquitectos (desde Gehry hasta Calatrava, pasando por Foster o Eisenman) no es de extrañar que todos tengamos que pagar el mausoleo de unos pocos .
Ya ni nos conformamos con museos o con aeropuertos vacíos, ahora construimos ciudades vacías. No hablo de la Ciudad de la Imagen, sino de la Ciudad de la Cultura, en Santiago de Compostela. Sobre el Monte Gaiás, una de las referencias paisajísticas de esta excepcionalmente bella ciudad, se está construyendo, aunque se haya inaugurado parcialmente en 2011, la Cidade da Cultura. Se habla de unos presupuestos imposibles, de un objetivo absurdo y hay quien se asombra que este “mausoleo para Fraga” siga adelante a estas alturas. Santiago de Compostela tiene 80.000 habitantes, toda Galicia 2.795.422 en el censo de 2011, existe un centro de arte contemporáneo en Santiago, el CGAC, un museo en Vigo, el MARCO, más otro en Pontevedra de Bellas Artes, el MACUF en A Coruña, en el Ferrol el Centro Torrente Ballester, las fundaciones Luis Seoane y Barrié de la Maza en Coruña, Laxeiro en Vigo, en Pontevedra la Fundación Rosón, y en Santiago, también, la Fundación Eugenio Granell... Esto sin contar las extintas salas de las diversas cajas de ahorros que se cierran todos los días, más los museos locales, del mar, los auditorios, etc., etc. Apenas hay galerías y la situación de presupuestos de todas estas instituciones es perentoria en el mejor de los casos. No hay becas para artistas ni dinero para comprar obras de arte. La asistencia a estas instituciones es mínima y sus presupuestos menguantes, porque no hay dinero". (Rosa Olivares, curadora espanhola)
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