"Decía el poeta Antonio Machado en uno de sus versos, siempre claros y siempre certeros, que “Solamente el necio confunde valor y precio”. Se asombraría don Antonio de la cantidad de necios que viven este principio de siglo XXI en puestos de cierta importancia, es decir, comprando, asesorado, curando, y en diferentes tipos de puestos intermedios. Formando eso que se llama profesionales del arte. Curiosa definición para una profesión que no es tal, para un grupo social que procede de cualquier parte, de estudios de estética, de filosofía, de historia, de bellas artes, de cualquier otro campo. Conozco críticos y curadores que son médicos de formación, otros que nunca estudiaron una carrera, que no tienen título, afamadas curadoras internacionales tienen estudios de decoración... y los artistas tampoco proceden del mundo de las bellas artes, hay muchos, no quiero decir los mejores por no ofender a nadie, pero desde luego algunos, muchos, de los mejores que proceden de una autoconstrucción que se basa en estudios semiológicos, en ciencias, comunicación, y sobre todo, en la experiencia, en la vida, en la vida, en la vida, en la vida".
Rosa Olivares menciona ainda o papel do critico que foi relegado para a sombra devido ao protagonismo dos curadores e gestores culturais. Assinala ainda a falta de rigor e o lado mercenário que domina o universo das artes plásticas. A imagem é uma escultura da artista
Katharina Fritsch.
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